La hepatitis C es una enfermedad infecciosa causada por el
virus de la hepatitis C, también llamado VHC. Este virus causa infecciones de
tipo aguda y crónica.
De forma general casi todas las infecciones agudas son
asintomáticas y aproximadamente entre un 15 y un 45% de las personas que se
infectan son capaces de eliminar el virus espontáneamente sin necesidad de
tratamiento alguno.
El resto de los casos presentará una hepatitis de tipo
crónico y su riesgo de sufrir una cirrosis hepática severa a los 20 años de
contraer la enfermedad es del 15-20%.
El virus de la hepatitis C se transmite por la sangre
normalmente mediante:
- El consumo de drogas por vía parenteral y compartir equipos de inyección.
- Mediante una esterilización no adecuada del equipo médico de productos como jeringas y agujas.
- Por transfusiones de sangre sin analizar.
- Mediante transmisión sexual.
- Transmisión vertical de madre infectada a hijo
Cabe destacar que la hepatitis C no se transmite por la
leche materna, los alimentos o el agua,
ni por contacto ocasional por ejemplo abrazos, besos o bebidas compartidas con
una persona infectada.
En lo que concierne al tratamiento el objetivo es curativo, y
esta curación depende de algunos factores como son la cepa del virus y el tipo
de tratamiento que se dispensa. En el siguiente gráfico se muestra en cuantos
casos de enfermedad se produce una curación al administrar antivíricos.
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